¡¡Bomberos!!… y yo con estos pelos…

Estás en casa. Hablando con tu compañera de piso. Como siempre, hablando. Pero, ¿qué nos contamos? No lo sé. La cuestión es que la conversación no se acaba nunca. Pican con insistencia al timbre.¡Nunca han picado así! Tu compañera de piso te mira con miedo. ¿Quién es? No lo sé. Me da miedo. ¿Por qué? Porque ha picado muy fuerte. ¿Qué hacemos? ¡Abrimos! ¡Mira por la mirilla! ¡Siempre miro por la mirilla! Me acerco a la puerta, no hay nadie pero escucho gritos. Abro la puerta y una mujer histérica empieza a gritar:¡El edificio está en llamas! ¡Hay un incendio! Miro al patio de luces y las llamas han alcanzado nuestro piso.
Tu compañera de piso lo escucha y empieza correr, sin dirección ni destino, sólo gritando, ¡vámonos Lau! ¡Que esto explota! ¡Vámonos!  Vale, vale, tranquila. ¡Dhara! ¿Dónde está Dhara? Ves a por ella … ¡¡corre!!… En cero coma estamos en el rellano, rodeadas de vecinos, ¡el extintor del quinto! ¡Traerlo! ¡No tengo ni idea de dónde están los extintores! Estoy a punto de gritar: ¡Os informo a todos de que soy un desastre! ¡No contéis conmigo para nada!
No lo haces, no es momento.
Una vecina baja con su bebé en brazos, tu compañera de piso lleva a Dhara y sigue corriendo, no sabemos hacia dónde, pero sigue corriendo. Entonces la ves… Lleva una mascarilla verde en la cara, ¡parece la novia de Shreck! Pero no, mejor no se lo dices. Creo que se está dando cuenta porque los vecinos la miran raro y uno dice: ¡Mira qué guapas las nuevas vecinas! ¿Guapas? ¡Tiene la cara verde! ¿Nuevas? ¡Llevamos cuatro años en el edificio! ¡¿Qué estamos haciendo mal?!
Entonces lo dice… ya hemos llamado a los bomberos, ya vienen. Escuchas las sirenas. ¡Bomberos! ¡y yo con estos pelos! Entonces se da cuenta. Tu compañera de piso se da cuenta: Tía, ¡llevo la mascarilla y vienen los bomberos! ¡Ábreme la puerta! ¿Para qué? ¡Es peligroso! ¡Ábreme, porfa! Le veo su cara de angustia y le abro, sin preguntar. Entra y en unos segundos está fuera. Lleva una toallita desmaquillante y se limpia la cara compulsivamente. ¡¿Esto que ha pasado es verdad?! ¡Has entrado jugándote la vida a por una toallita desmaquillante, porque vienen los bomberos! ¿Qué querías que hiciera? ¡Tenía la cara verde!
Entonces suben… ya los ves subir por las escaleras… con ese atuendo que debe pesar más de veinte kilos, los cascos, el extintor en la espalda, la manguera, la luz que deslumbra a la altura de los ojos… ¡Ya están aquí!
¡Está apagado, todo el mundo tranquilo! Aixx, estos hombres nos salvan…  Uno se acerca con esa luz a lo Antonio Molina, soy minero, a la altura de los ojos.  Te deslumbra, aguantas. ¿Por dónde podemos entrar? Tu compañera de piso grita: ¡por quí! ¡Por nuestra casa! Diosss… bomberos en casa…¡Esto es de película! Entonces lo ves entrar… ¡Me he enamorado!  El agente Romero hace su aparición. Por favor tranquilas, no pasa nada. No, si  yo estaba tranquila. Tranquilas, no vamos a ensuciar nada. No, si nos da igual que ensucies.  No podéis respirar esto. Es uralita, es cancerígena. Te has quedado inmóvil. No puedes reaccionar… Por favor, no podéis respirar esto. Vale, si tú me dices que no respire, no respiro. Una vecina grita: ¡Yo he respirado! ¿Me voy a morir? El agente Romero me mira, se ríe. No, no, yo no respiro. Se vuelve a reír.
Tu compañera de piso sólo hace que hacer fotos camufladas. Ha salido de casa con las únicas pertenencias que ella considera de valor: Dhara y el Iphone.
Tú sigues al lado del agente Romero. Se acerca otra vez. ¿Puedo entrar por otro sitio? ¿Hay una azotea por aquí? No reaccionas. Tu compañera de piso sí. Lleva corriendo sin dirección alguna desde que la vecina os picó. Sí, sí, creo que sí. ¡Por aquí! Se mete en casa de la vecina sin pedir permiso alguno, campa por el edificio a sus anchas… la tía. Ha metido a Dhara en casa de un vecino, sin permiso y sólo hace que hacer fotos camufladas.
Observo desde las escaleras los movimientos. Entonces tomamos conciencia. Nos miramos, ya no lleva la mascarilla y se ha calmado. Ha dejado de correr. Yo la miro y le digo:  Aixx.. tranquila, el agente Romero está aquí. Entonces, empezamos reír… no paramos. Seguimos riendo. Empezamos a llorar, de risa.  Un vecino nos mira, no da crédito, casi morimos quemados y estas dos están llorando de la risa. No aguanta y lo dice: Vosotras os lo estáis pasando bien ehh… ¡No lo sabes tú bien! ¡Que hay incendio, pues incendio! 😉
El agente Romero nos escucha reír… se acerca, que viene, que viene… da tiempo a decirlo muchas veces porque andan muy lento… es como si fueran astronautas en la luna…esa luz blanca fluorescente ya está muy cerca, me ciega, no veo nada… y… se hizo la oscuridad 😉

P.d: Ahí os dejo una de las fotos camufladas tomadas en estos grandes momentos de tensión. Tenemos muchas más, pero no queremos causar a los agentes ningún tipo de problema de índole identificatorio.

5 thoughts on “¡¡Bomberos!!… y yo con estos pelos…

  1. “Os informo a todos que soy un desastre, no contéis conmigo para nada” jajajaja es que te estoy viendo allí, con tus ojos como platos 🙂
    Me ha recordado a la peli que vi el sábado “Tenías que ser tú”. Qué te llevarías si hubiera un incendio y solamente tuvieras 60 segundos. Yo, lo tengo claro. Y veo que tu compi tb!
    Muaks!

    Bea

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *