Volvemos a la astrología. Este post se lo dedico a tod@s los Cáncer y a tod@s los Capricornio. Ya sabéis, agua y tierra y signos opuestos complementarios.

Ambos signos son convencionales y tradicionales. Es decir,  se esfuerzan por hacer lo correcto. La diferencia entre ambos es que los cangrejos viven en el mundo de las emociones, como buenos aguas y los Capricornio, en el mundo de las realidades, como buenos tierra.
Para los Cáncer, los afectos son el eje sobre el que giran sus vidas. Capricornio, en cambio, es autosuficiente. No tiene tanta facilidad como Cáncer para mostrar sus sentimientos y aunque le invada una emoción, se mantendrá impasible. Le costará mucho mostrarla y la confianza deberá ser enorme para que una cabra confiese estar triste, dolida o emocionada.
Cáncer, en cambio, grita a los cuatro vientos su estado emocional. Es capaz de hundirse por la chorrada más grande. Pero, con la misma facilidad, llena sus ojos y su corazón de ilusión. Es, junto con Piscis, el signo más emocional del zodiaco.

Cáncer y Capricornio

El cangrejo es sentimental. Es decir,  vive en el agua, como el animal que lo representa, ¡ya sabéis, nada es casualidad! Cuando llega una ola que lo hace sentir mal o un extraño que lo incomoda, se mete en su caparazón, esconde sus patitas y se queda inmóvil. Una persona Cáncer actúa igual que un cangrejo. Es decir, si algo ha tocado su emoción y lo ha hecho sentir mal, se enfada con el mundo y se aisla, de los que le han hecho daño y de los que no. Se siente incomprendido y huye, llora, patalea, saca su rabia y cuando se le ha pasado, vuelve. Poco a poco, como lo hace el cangrejo. Sin hacer mucho ruido va sacando sus patitas y empieza a caminar. En pocos minutos, se olvida de lo que ha pasado y sigue caminando, tan feliz, como si no hubiera pasado nada. Así es Cáncer,  no conoce el rencor.
Capricornio, en cambio, es terrenal, firme, seguro, luchador y terco. Las emociones no le pueden y si tiene un objetivo, caminará como la cabra hasta la cima de la montaña. Lo hará pasito a pasito, solo, con la paciencia que lo caracteriza y tardará el tiempo que haga falta, pero lo conseguirá, porque es constante y no desfallece. Como buena cabra, hará eses, se caerá, retrocederá, volverá a levantarse pero llegará a la meta que se ha fijado. Será capaz de ver el paisaje desde la cima de la montaña. Eso no lo dudéis nunca, porque un capricornio no sabe rendirse. Su orgullo no se lo permite. Su espíritu luchador le empuja a fijarse retos que siempre acaba consiguiendo. Solo, sin pisar a nadie, con su propio esfuerzo y su trabajo diario, porque es legal y leal. Su sentido de la lealtad y el deber no le permite coger un atajo. Si tienes un amig@ Capricornio date por satisfecho porque tienes a tu lado al signo más leal de todo el zodiaco. Jamás te traicionará, porque uno de sus máximos valores es la lealtad y no suele saltarse sus principios. Entre otras cosas, porque es estricto y perseverante, también consigo mismo.
Para las cabras, lo material es importante, para los Cáncer, lo importante no son las cosas. Lo importante, no se puede tocar, sólo se puede sentir.
Pero, ambos viven su individualidad y son de naturaleza intimista. Ambos,  son de pocos, pero muy buenos amigos. Viven para dentro, al contrario que Piscis y Virgo, que lo hacen para fuera.
Los Cáncer se sienten seguros al lado de un Capricornio. Ellos acostumbran a vivir en la inestabilidad emocional y  Capricornio es todo lo contrario. La cabra los ancla a la tierra, les da una visión realista a sus vidas y les ayuda a relativizar y a poner un poco de cordura a muchas de sus bonitas locuras emocionales.
Capricornio, por su parte, admira en silencio esa capacidad de Cáncer de emocionarse por las pequeñas cosas de la vida. Le encanta ver esos ojos llenos de ilusión porque hoy ha salido el sol y se siente útil, cuando Cáncer lo necesita para que le ayude a entender que el mundo no se acaba porque haya perdido su pulsera favorita.
Así viven Cáncer y Capricornio. Así, el agua riega a la tierra y la tierra espera la vida que le da el agua.